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28.9.11
27.9.11
Instrucciones para subir una escalera
21.9.11
¡Feliz día, estudiantes!
Me Gustan Los Estudiantes
Que vivan los estudiantes,
Jardín de nuestra alegría,
Son aves que no se asustan
De animal ni policía.
Y no le asustan las balas
Ni el ladrar de la jauría.
Caramba y zamba la cosa,
Qué viva la astronomía!
Me gustan los estudiantes
Que rugen como los vientos
Cuando les meten al oído
Sotanas y regimientos.
Pajarillos libertarios
Igual que los elementos.
Caramba y zamba la cosa,
Qué viva lo experimento!
Me gustan los estudiantes
Porque levantan el pecho
Cuando les dicen harina
Sabiéndose que es afrecho.
Y no hacen el sordomudo
Cuando se presente el hecho.
Caramba y zamba la cosa,
El código del derecho!
Me gustan los estudiantes
Porque son la levadura
Del pan que saldrá del horno
Con toda su sabrosura.
Para la boca del pobre
Que come con amargura.
Caramba y zamba la cosa,
Viva la literatura!
Me gustan los estudiantes
Que marchan sobre las ruinas,
Con las banderas en alto
Pa? toda la estudiantina.
Son químicos y doctores,
Cirujanos y dentistas.
Caramba y zamba la cosa,
Vivan los especialistas!
Me gustan los estudiantes
Que con muy clara elocuencia
A la bolsa negra sacra
Le bajó las indulgencias.
Porque, hasta cuándo nos dura
Señores, la penitencia.
Caramba y zamba la cosa,
Qué viva toda la ciencia!
Caramba y zamba la cosa,
Qué viva toda la ciencia!
Violeta Parra
13.9.11
Regalo para Bibliotecarios
Cassette*
Año 2132, lugar: aula de cibernética, personaje: un niño de 9 años, se llama Blas.
Por el potencial de su genotipo Blas ha sido escogido para la clase Alfa. O sea que, cuando crezca, pasara a integrar ese medio por ciento de la población mundial que se encarga del progreso. Entre tanto, lo educan con rigor. La educación, en los primeros grados, de limita al presente: el método de la ciencia y el uso de los aparatos de comunicación. Después, en los grados intermedios, será una educación para el futuro: que descubra...que invente. La educación en el conocimiento del pasado todavía no es materia para su clase Alfa.
Esta en penitencia. Su tutor lo ha encerrado para que no se distraiga y termine su deber de una vez.
Blas sigue con la vista una nube que pasa. Quizá es la misma nube que otro niño, antes que el naciera, siguió con la vista una mañana como esta. Y al seguirla pensaba en un niño que también la miro en una época anterior, y en tanto la miraba creía recordar que otro niño y en otra vida...y la nube ha desaparecido.
Ganas de estudiar Blas no tiene. Abre su cartera y saca, no el dispositivo calculador, sino un juguete. Es un Casette.
Empieza a ver una aventura de cosmonautas. Cambia y se pone a ver un concierto de música estocástica. Mientras ve y oye, la imaginación se le escapa hacia aquellas gentes primitivas del siglo XX, a las que justamente se refirió el tutor en un momento de distracción: "Pobres!, como se habrán aburrido sin este Casette!..."
Blas, en su vertiginoso siglo XXII, tiene a su alcance miles de entretenimientos...el Casette admite los más remotos sonidos e imágenes: transmite noticias desde satélites que viajan por el sistema solar; remite cuerpos en relieve; permite que el converse, viéndose las caras, con un colono de Marte; remite sus preguntas a una maquina computadora (voces, voces, nada más que voces, pues en el año 2132 el lenguaje es únicamente oral: las informaciones importantes se difunden mediante fotografías, diagramas, guiños eléctricos, signos matemáticos)
En vez de terminar el deber, Blas juega con el Casette. Es un paralelepípedo de 20 x 12 x 3 que, no obstante su pequeñez, le ofrece un variadísimo repertorio de diversiones. Sí, pero él se aburre. Esas diversiones ya están programadas. Un gobierno de tecnócratas resuelve que es lo que debe ver y oír. Blas da vuelta el Casette en las manos. Lo enciende...lo apaga. ¡Ah, podrán presentarle cosas para que el piense sobre ellas, pero no obligarlo a que piense así o asá!
Ahora, por la derecha de la ventana, reaparece la nube. No es nube: es el mismo que anda por el aire. En todo caso, es alguien como él, exactamente como él. De pronto a Blas se le iluminan los ojos.
- No sería posible - se dice - mejorar este casette, hacerlo más simple, más cómodo, mas personal, mas intimo, más libre, sobre todo más libre?
Un casette también portátil, pero que no dependa de ninguna energía microelectrónica; que funcione sin necesidad de oprimir botones; que se encienda apenas se lo toque con la mirada y se apague en cuanto se le quite la vista de encima; que permita seleccionar cualquier tema y seguir su desarrollo hacia adelante, hacia atrás, repitiendo un pasaje agradable o saltándose uno fastidioso...Todo eso sin molestar a nadie, aunque se esté rodeado de muchas personas, pues nadie, sino quien use tal Casette, pueda participar de la fiesta. Tan perfecto seria ese Casette que operaria dentro de la mente...proyectaría imágenes y sonidos en una pantalla de nervios. La cabeza se llenaría de seres vivos. Entonces uno percibiría la entonación de cada voz, la expresión de cada rostro, la descripción de cada paisaje, la intención de cada signo...Porque, claro, también habría que inventar un código de signos. No como esos de la matemática, sino signos que transmitan vocablos: palabras impresas en láminas cosidas a un volumen manual. Se obtendría así una portentosa colaboración entre un artista literario que crea formas simbólicas y otro artista solitario que las recrea.
- ¡Esto sí que será una despampanante novedad! - exclama - El tutor me va a preguntar: "¿Terminaste tu deber?". “No", le voy a contestar. Y cuando, rabioso por mi desparpajo, se disponga a castigarme otra vez, ¡zaz!, lo dejo con la boca abierta: "¡Señor, mire en cambio el proyectazo que le traigo!"...
(Blas nunca ha oído hablar de su tocayo Blas Pascal, a quien el padre encerró para que no se distrajera con las ciencias y estudiase lenguas. Blas no sabe, que así como en 1632 aquel otro Blas de nueve años, dibujando con una tiza en la pared, reinvento
*Este cuento es un regalo de Raquel (Directora) para los bibliotecarios de la Escuela.
7.9.11
Concierto de piano con chicos
RECITAL 5 B |
Secuencia didáctica sobre poesía
II Festival de Poesía en la Escuela
El 24 de Septiembre llevá tu libro
MÁS POESÍA EN LOS ESTANTES
EL MOVIMIENTO POÉTICO MUNDIAL
CONVOCA A ESCRITORES, EDITORES Y LECTORES
EL SÁBADO 24 de SEPTIEMBRE A LAS 12 HORAS
a un encuentro en la Plaza del Lector
Av. Las Heras y Agüero // Buenos Aires
Llevaremos un libro de poesía para donarlo a la Biblioteca Nacional. Preferentemente un libro propio o de un amigo, un libro de autor argentino o latinoamericano.
Esta propuesta surge a partir de una iniciativa del Movimiento Poético Mundial para celebrar a la poesía en más de 350 ciudades del mundo. La idea de donar un libro de poesía a la Biblioteca Nacional responde a la comprobación de que gran parte de los libros de poesía que se editan en nuestro país en un lapso no muy prolongado se vuelven inhallables. Nos preguntamos, ¿qué pasará con los libros de poesía que estamos escribiendo, con los libros de nuestros amigos, con los libros de los poetas que admiramos? No queremos que estén condenados a desaparecer.
Los libros de poesía son los más vulnerables, no nacen para competir con ventaja en los estantes de las librerías. Nos toca a todos, pero en especial a los poetas, custodiar nuestro legado, convertir esos libros que llevaremos el 24 de septiembre en expresión de nuestro deseo de que todos los libros de poesía pasen a formar parte de nuestro patrimonio bibliográfico.
Soñamos que la Biblioteca Nacional represente en esta acción mundial un símbolo para que haya MÁS POESÍA EN LOS ESTANTES de todas las bibliotecas, las bibliotecas públicas, las populares, las barriales, las de las escuelas, las de las universidades… en Buenos Aires, en todas las capitales de provincia, en todas las ciudades y los pueblos de nuestro país.
La poesía es conocimiento, reflexión e iluminación, liberación, contemplación y acción, relámpago, imaginación creadora y fraternidad, unidad espiritual de los individuos y los pueblos, pasado, presente y porvenir de la humanidad. MPM