2.9.15

Vuelve la Biblioteca Nacional a su edificio original


Iba a ser la sede de Lotería Nacional, se nota en los bolilleros de metal que adornan las escaleras del edificio de México 564, en San Telmo. Iba a ser, pero finalmente fue la sede de la Biblioteca Nacional. Los libros llegaron en 1901 y se fueron en 1993, rumbo al edificio moderno y funcional que se proyectó para ellos en Recoleta. Ahora, la Biblioteca volverá, de alguna manera, al barrio. Así lo confirmó ayer Horacio González, que anunció que "antes de fin de año" empezará a funcionar el Anexo Sur -"que podría llamarse Borges-Groussac", sugirió- de la institución que él dirige.
Paul Groussac, que dirigió la biblioteca durante más de cuatro décadas, se ocupó personalmente de que ese fuera el destino de ese edificio que tiene seis pisos, puertas de madera que miden casi cuatro metros de alto, balcones de mármol, chimeneas con el sello institucional y una sala de lectura con estantes altísimos y nombres como Heródoto y Tito Livio impresos en bronces en las paredes. Un lugar donde el acto de leer se sintiera inveitablemente importante. Ahora ensayan allí la Compañía Nacional de Danza Contemporánea, el Ballet Folklórico Nacional, la Banda Sinfónica Nacional de Ciegos y el Centro Nacional de la Música. 
En septiembre del año pasado, la ministra de Cultura de la Nación, Teresa Parodi, había anunciado que parte de ese edificio sería restituido a la Biblioteca, una vez que, por ejemplo, se mudaran los sectores administrativos a otro lugar. Ahora, el Ministerio de Cultura comunicó que esa "vuelta a casa" de la Biblioteca empezará por su primer piso, que Parodi y González recorrieron el lunes anticipándose a las tareas de restauración que, según observó Clarín ayer, aún no han empezado.
"Queremos hacer algo en ese edificio para el Día del Bibliotecario, que es el 13 de septiembre. Y mi deseo es que hacia fin de año ya haya un funcionamiento más fluido", contó González a esta cronista. Su anuncio fue en el acto de lanzamiento de la próxima edición de la Feria del Libro, que se llevó a cabo en la actual sede de la Biblioteca. Ante un auditorio lleno, González interpeló al mundo editorial: "Me parece que ahí tiene que haber una biblioteca del acervo argentino, y que los editores tienen que participar con donaciones... Espero no haber dicho la terrorífica palabra 'donación'".
En los estantes de México 564, donde seguirán funcionando la compañía de danza y el ballet, entran, según estimó González, unos 100.000 libros. Habrá una sala de lectura y está en evaluación si se mudará algún material desde Agüero 2502 hasta San Telmo: "Una posibilidad es la audioteca", dijo González, y aseguró que parte del presupuesto de la Biblioteca destinado a la compra de libros beneficiará al nuevo anexo.
Ante un auditorio lleno, González evaluó estos años de ausencia: "Se dieron pasos erróneos, fue un error del Estado argentino, creo que de esta manera se repone una memoria política, cultural, urbanística y arqueológica. Es la biblioteca de Borges y Groussac; podríamos haber sido cómplices de una desidia aún mayor, que espero que con esto se repare". El anuncio llega muy cercano al fin de su gestión, que González aseguró que se producirá en coincidencia con el fin del gobierno de Cristina Fernández. "Prefiero no hablar esta iniciativa como mi cierre", le dijo González a Clarín, y agregó: "Pero espero que lo que podamos hacer hasta noviembre inspire a la administración que venga a proseguir la idea".

Fuente: Clarín 01/09/2015